lunes, 15 de junio de 2015

LA ODIOSIDAD EN VALPARAÍSO




… Y mientras… el gran Valparaíso está siendo tomado por asalto por diversos proyectos inmobiliarios, desde el cerro Barón, pasando por la costanera y alcanzando hasta Laguna Verde, y pareciera que todo funciona como un plan macabro de proyectos que atraen la atención durante un tiempo y funcionan como verdaderas cortinas de humo que ocultan otros que se vienen casi sin darnos respiro, y todo esto sumado a los ya crónicos problemas de basura, comercio ambulante, pobre gestión en protección patrimonial, etc.

Son tantos los problemas urbanos de Valparaíso que casi no vale la pena enumerarlos. Ya los conocemos y los porteños estamos de acuerdo que algo hay que hacer, que de alguna forma hay que aunar voluntades y empoderarse de los espacios ciudadanos. La representación formal no nos alcanza y nos sentimos desprotegidos sin ser escuchados en nuestras demandas.

Sin embargo, a la hora de empoderarse y de aunar estas voluntades, una suerte de odiosidad ha surgido en el ambiente porteño, jugando en contra de la tan ansiada articulación de actores y grupos ciudadanos.

En este último tiempo, he leído de todo en las redes sociales. Desde comentarios espontáneos en Twitter y Facebook como:

“…Como porteña siento y pienso que esto de Mar para Valparaíso es tan sólo un capricho de hípsters santiaguinos, gran propósito manejado por una elite, que no incluye al porteño común que no viva ni cerro Alegre o Concepción. Mi postura es que se vayan de vuelta a Stgo.” Ver aquí…>>

“…Los empresarios hoteleros que llenaron el cerro Alegre de borrachos…” (comentario en Twitter)…

…Hasta sesudos y agudos artículos aparecidos en medios virtuales, que pueden ver en estos links:




Todos, además de un brillante análisis de la situación porteña, suponiendo contubernios inmobiliarios, usando calificativos duros. Poniendo las sospechas ante las intenciones. Una odiosidad que resulta un poco infantil: “No voy contigo porque eres verde”, “no me junto contigo porque eres café”, “sospecho de tus intenciones porque eres morado”.

Ya que en los análisis y preocupación sobre temáticas urbano-sociales de Valparaíso estamos todos en un acuerdo más que absoluto, pregunto yo: Y las propuestas?

Porque hoy Valparaíso necesita pasar urgentemente a la etapa de las propuestas y de la articulación de agrupaciones ciudadanas que se sienten a discutir y a ver qué apoyo pueden brindarse ante las urgencias de cada territorio. Esto se llama política ciudadana, no hay que engañarse ante ello y es la única forma de recomponer el tejido social.

Estas diferencias provincianas nos sumen en la inacción. Nos juegan en contra y nos mantienen justo donde nos quieren: desprotegidos y desarticulados.

Es cierto, por lo demás, que han aparecido grupos afuerinos que han fijado su residencia en la ciudad. Capitalinos, profesionales, apellidos rimbombantes, títulos inalcanzables... Pero mientras los porteños pelean en la tonterita poca y los denostan por no verlos comprando el pan en la mañana, ellos están en el campo de las propuestas y de la proactividad. No hay que olvidarse que Valparaíso fue lo que fue por la influencia de los afuerinos que llegaron y que cimentaron la actividad porteña.

He estado asistiendo a asambleas donde han confluido grupos diferentes y diversos. Asambleas del todo agotadoras donde cada uno pareciera levantar la cola del otro para oler sus intenciones y develar sus verdaderas pretensiones. Exactamente como los quiltros de Valpo. Cuidando la territorialidad. 

Del todo curioso e insólito ver en una asamblea ciudadana a grupos sociales de todos los espectros políticos, desde izquierdas de nomenclaturas compañerísticas al hablar, hasta derechas de cuello y corbata. De representantes de organizaciones sociales de las partes altas de los cerros a profesionales expertos en sus disciplinas. Todos exponiendo sus necesidades, todos comenzando a negociar, todos tratando de llegar a acuerdos y fijar la sana orgánica que dan las alianzas.

Obviamente, no hay que ser ingenuos. En todo grupo hay distintos tipos de visiones y motivaciones, pero eso hoy en día no es lo importante. Lo realmente trascendental es el sencillo hecho de revivir la actividad ciudadana que pasa de las buenas intenciones del amor a Valparaíso a los hechos concretos. Que expone ante una mesa las diferentes visiones, necesidades y el trabajo en las soluciones. De esta actividad todos salen favorecidos porque la ciudad tiene que sufrir un rediseño y todos los actores deben participar y no restarse. Valparaíso es un centro pensante, queda claro por los agudos artículos antes expuestos, pero debe saltar su pequeña gran diferencia con el otro para articularse.

La “micropolítica” en algún momento deberá interactuar con la “macropolítica”, en especial si desea ser validada, oída y considerada. No debe alejarse y promover sus desconfianzas, debe acercarse. La información está ahí para todo el mundo.

En Valparaíso no sobra nadie y hoy más que nunca se necesita a todos, pues es la forma de luchar efectivamente por un borde costero para todos, por un puerto que tribute en la ciudad, por una ley de puertos eficiente, por una Laguna Verde protegida y sin contaminación, por un barrio O’Higgins sin un gran proyecto de condominios que no les respeta sus áreas verdes, por un correcto plan que considere las necesidades de los habitantes de las alturas de los cerros, por los vecinos que ven devaluadas sus propiedades ante agresivas construcciones que los presionan, por la solución de educación civil que nos lleve a generar conciencia para combatir la basura, para discutir los alcances de la gentrificación, la debida protección patrimonial, la restauración de los ascensores de la ciudad y por sobre todo…

…Para que evitemos que Valparaíso sea una fuente de terrenos para emprendimientos que mucho nos quita, que nada nos deja y juntos podamos construir el ansiado Valparaíso que queremos.

Leo Silva

sábado, 7 de febrero de 2015

VALPARAÍSO. CAMBIAR EL PARADIGMA


El 18 de enero, Televisión Nacional de Chile exhibió un nuevo capítulo de su programa “Por qué en mi jardín”, dedicado a Valparaíso y sus problemáticas urbanas. El Mall, los estacionamientos subterráneos, el nuevo terminal portuario creciendo en frente de la ciudad. En este programa se muestra también el choque de visiones que existe en Valparaíso: Habitantes v/s autoridades.

Vea el capítulo dedicado a Valparaíso aquí...>>

Se puede apreciar claramente en sus primeros minutos la opinión de un porteño,Don Juan Francisco Echeverría, presidente de la junta de vecinos del Almendral, v/s Paulina Kaplan, arquitecto a cargo de la dirección de gestión patrimonial de la Municipalidad de Valparaíso.

El Señor Echeverría expone con claridad algunos de los argumentos que los porteños elevan cuando se manifiestan en contra del Mall Barón: Un emprendimiento de negocios completamente ajeno a la ciudad, el cual es un atropello a la esencia de la identidad porteña. Lo considera un proyecto mezquino solo concebido bajo la mentalidad de hacer dinero, cosa que no le parece mal, pero no a costa de pasar por encima de la comunidad. Apunta a la severa congestión vehicular que el centro de compras provocaría con al menos 2.500 vehículos diarios. Todos los porteños sabemos del colapso diario que se vive en ese sector conocido como el “Nudo Barón”. Pide que se escuche la voz del pueblo. Aunque al fin del programa, este señor se desdiga de todos sus argumentos anteriores en una voltereta que el programa muestra en un contrapunto de imágenes, los juicios esgrimidos previamente no pierden validez pues son de total sentido común.

Paulina Kaplan revela la visión oficial que es acoger el crecimiento de la ciudad dando la espalda a lo que existía en virtud de la novedad, como la llegada de los centros comerciales distintos a nuestros almacenes. Se preocupa en la convivencia de la ciudad histórica con las grandes inversiones. Ella defiende al Mall Barón diciendo que se trata de una gran recuperación del borde costero para que la población llegue al mar. Pide respeto ante las nuevas obras. Hace referencia también a los estacionamientos subterráneos que se constuyen bajo las plazas de la ciudad y comenta que su oficina trabaja de la mano con el Director de la Secretaría Comunal de Planificación para ver el desarrollo de la ciudad.

Luis Parot, Secretario Comunal de Planificación de Valparaíso, cerebro de la Municipalidad, comenta que por el crecimiento del parque automotriz, el tema de los estacionamientos se transforma en un problema mayúsculo. Que las “soluciones” se comienzan a materializar en obras concretas las cuales son estacionamientos subterráneos bajo las plazas O’Higgins y Victoria. Parot indica más adelante que la presión por el exceso de autos y la actividad comercial apunta a la creación de estos estacionamientos subterráneos por el “menor” impacto urbano. Él califica como criticones a los que se oponen a estos proyectos de avance y progreso.

El Estado de Chile, a través de EPV (Empresa Puerto de Valparaíso), ha adjudicado a una empresa española que opera bajo el nombre de TCVAL (Terminal Cerros de Valparaíso) la construcción del Terminal 2 para ampliar la transferencia de carga del puerto. Dicho terminal 2 crecerá 725 metros de longitud adelantando la línea de costa 185 metros dejando una pared de contenedores que taparán la vista de la ciudad desde Muelle Prat hasta el sector de plaza Victoria. Todo el material de relleno provendrá de una cantera en el sector de Placilla de 51 hectáreas afectando a un corredor biológico y de especies endémicas. Numerosos impactos provocarán los movimientos de material durante el tiempo que se realice la obra.

Vea el impacto de esta obra en la ciudad aquí...>>

Todas estas obras son aprobadas y realizadas sin consulta a la ciudadanía, la cual se entera de estos proyectos cuando ya se encuentran en su plan de construcción. La lógica de los “hechos consumados”. Detenerlos resulta prácticamente imposible por la cantidad de compromisos comerciales adquiridos.

Por qué se produce este choque de visión entre autoridades y ciudadanía???

Por qué hay un divorcio total y los ciudadanos terminan por ser llamados “Los Criticones” como lo hace el Señor Parot???

Por qué las autoridades no quieren oír o resultan sordas para los reclamos ciudadanos???

La respuesta es simple. Las autoridades funcionan bajo la lógica imperante del mercado. Entienden el progreso como modernización. No hablan otro idioma y no son capaces de oír otra lengua que no sea la que ellos conocen, apoyan y promueven.

El concepto Ciudadano o Bien común no se encuentra en su diccionario.

Por ese motivo, Paulina Kaplan no nos habla de defensa patrimonial ni de la importancia de crear zonas de protección que como anillos deberían amortiguar el impacto en el área demarcada por la UNESCO. Ella nos habla del crecimiento, de las grandes inversiones y de la llegada de los grandes centros comerciales. Su visión es la del imparable progreso. Lo abraza, lo aplaude, lo defiende y lo proyecta.

El señor Parot por su parte, se desvela para solucionar el problema de los estacionamientos, mete mano bajo tierra buscando más espacio para que puedan estacionarse aún más y más autos en una ciudad en donde ya no cabe un triciclo. Encuentra con su limitada visión estética que todo va a quedar “choro” y espectacular.

El puerto busca desesperadamente crecer para donde sea y como sea. Necesita más espacios para sus contenedores y la verdad, si interrumpirá o no la vista al mar de gran parte del centro de la ciudad es un tema que lo tiene sin cuidado.

Mientras tanto, qué nos dicen los Criticones??? Porque estos no solo critican por criticar.

Lo que la ciudadanía pide a gritos es que se respete su corriente forma de vida, que se le consulte a la hora de los proyectos porque siente un gran arraigo con sus espacios tradicionales:

Vea lo que piden los habitantes de Valparaíso aquí...>>

Pide Ciclovías, parques, borde costero para todos, centros culturales, centros de comunidad, quiere sentirse próximo a su mar, en definitiva, un plan de desarrollo integral urbano. Quiere CALIDAD DE VIDA.

Valparaíso tiene la oportunidad única de cambiar el paradigma y situarse entre las ciudades del mundo que dijeron NO a un supuesto progreso económico y que dijo SÍ a a los espacios urbanos pensados para la ciudadanía y su bienestar y calidad de vida. Como Amsterdam y Praga entre otras.

Valparaíso debería estar pensando en cómo sacar autos de la ciudad y no en cómo meter más.

Las autoridades como Kaplan y Parot deberían estar sentados a la mesa de un nuevo diseño de transporte público, una modificación completa que saque del plan tantos y tantos buses que circulan casi vacíos en horarios normales. Un plan urbano que organice de verdad a los taxis colectivos y que fiscalice su accionar. Un proyecto que aúne metro, trolebuses y ascensores de una manera eficiente. Uno que también dé solución a la gran enfermedad que tiene al comercio formal decayendo, apestado como una planta y cerrando sus puertas; la plaga del comercio ambulante que no nos deja espacio ni para caminar. Un plan de red de ciclovías que conecten a la ciudad con un paseo costero y que promueva el uso de este medio de transporte en el centro de la ciudad.

Las autoridades deberían estar pensando en cómo lograr un real acceso al mar para la ciudadanía y no en facilitar el crecimiento de un gran centro comercial. Los habitantes tienen claro que eso no les proporciona calidad de vida. Un Mall está destinado a convertirse con el tiempo en un decadente edificio lleno de peluquerías. Exactamente igual como sucedió con los pequeños centros de compras llamados edificios Caracoles. Si ese tipo de comercio se desarrollará en la ciudad, estos mini malls se encontrarían saludables.

El puerto debería estar pensando en buscar soluciones que aúnen a los tres puertos de la zona; San Antonio, Valparaíso y Quinteros, y transformar los tres en un gran polo de desarrollo portuario. No que compitan entre sí, sino que funcionen juntos. No en cómo meter más contenedores que taparán la vista al mar en un enjambre odioso de cajas metálicas, justo en frente de todo el centro de la ciudad.

Paulina Kaplan y su oficina, debería estar pensando en cómo potenciar la vida de barrio en las zonas patrimoniales y en aquellas que no lo son, creando aquellos anillos de protección y amortiguación fuera de la zona Unesco, tratando a toda la ciudad como un patrimonio. Debería estar velando por cuidar la forma de vida del porteño que es el gran reducto de identidad, no solo de Chile sino que de La Humanidad!!! Debería estar preocupada en potenciar el pequeño comercio de esquina. No en cómo hacerse parte del supuesto progreso comercial abriendo espacios para un desarrollo que pasa por encima de los habitantes de Valparaíso. No debería estar pensando en favorecer el plan de negocios de grandes cadenas comerciales.

El gran Patrimonio de la Humanidad es justamente nuestra pequeña forma de vida provinciana, son nuestros vecindarios, son nuestra gente y lo son sus espacios de siempre, aquellos con los cuales siente arraigo, en los cuales desarrollo su vida y espera que otras generaciones futuras lo haga. Eso es lo que queremos. La ciudadanía tiene claro que el gran atractivo de la ciudad es justamente no ser una metrópolis de más de lo mismo. Aquel promedio de ciudad mundial que convierte a Valparaíso en una joya donde se conserva a duras penas una forma de vida local.

Esa es la gran oportunidad que la ciudad tiene en este momento. Romper el Paradigma del progreso y sus centros comerciales, estacionamientos y más autos y un gran puerto. Decir el NO a esta forma de vida y hacer lo que muchas ciudades sueñan con hacer y ya no tienen la oportunidad, porque es demasiado tarde y ya cometieron el error de entregarse a un supuesto progreso.

Si las autoridades creen que con estos cambios se va a potenciar el turismo, se equivocan rotundamente. Lo estarán espantando definitivamente. Recibo múltiples mails a diario con personas que quieren conocer Valparaíso. El 80% de ellos nos pide que en sus recorridos no visitemos Shopping Centers!!!

El alcalde de Valparaíso dice en el mismo programa que esto no pondrá en peligro nuestro nombramiento como Patrimonio de la Humanidad. Esto es lo que nos dice hoy el Comité Internacional de Monumentos y Sitios ICOMOS.

Vea lo que dice ICOMOS aquí...>>

Progreso es mantener siempre la calidad de vida. Tiene que ver con una sonrisa en la mañana y la felicidad de sentirse acogido en nuestros espacio de siempre.

Progreso, tiene que ver con una ciudadanía que opina y que es escuchada religiosamente por sus autoridades.

Lo demás, es simple barbarie.

Leo Silva

miércoles, 7 de mayo de 2014

VALPARAÍSO. HAZLO TÚ MISMO (DO IT YOURSELF).



Después del mega incendio, algo pasó en Valparaíso. Un olorcillo a rebelión que se levantó por sobre la institucionalidad. Unas ganas enormes de decirle NO!!!! al aparato público, a la maquinaría gubernamental, cualquiera que sea. No eran ganas de una oposición “per se”. Es la constatación de que no existe un idioma en común que logre la comunicación perfecta. Da lo mismo de donde venga. Ya no se mira un color político para que esta reacción se levante. Es el simple cansancio de una ciudadanía que ya no cree y que ahora ha decidido hacer las cosas por si mismas.

No se trata hoy de salir a marchar y manifestarse. Hoy es un NO claro y preciso que dice: Lo haremos nosotros, por nosotros y para nosotros.

De donde viene esta sensación y esta organización???

Viene de la simple constatación de años y años en que la ciudadanía no ha sido escuchada. Las autoridades dicen y pregonan que hacen su trabajo, es políticamente correcto hacerlo. Sin embargo, la gente sabe que lo políticamente correcto en definitiva no le sirve. Ya todos se cansaron de mirarse las caras después de que el candidato de turno repartía sus volantes captando votos. Votar por quién??? Da lo mismo. Al fin, todos se irán y nadie hará lo que se debe hacer.

Desde hace mucho que la gente se está organizando de una manera paralela y subterránea. Pero que no se mal entienda. No es un complot. No. Es la simple necesidad de hacer cosas. Así, han nacido centros culturales, nuevos espacios, lugares mirados en un comienzo por los vecinos con cierta desconfianza. Mucho pelo rasta, mucha tocata, mucho circo y mucho tambor. Pero todo organizado desde la autogestión, paralela a un sistema que no escucha, que no se hace cargo que, al fin, resulta indiferente ante lo que le parece un enjambre de rasquerío alternativo. También en los cerros hay organización social y hay conexión entre estos movimientos. Esta es la cultura de Valparaíso, se le ha dicho una y mil veces a este sistema que desdeñoso, la ha mirado más que en menos.

En Valparaíso todo es improvisado. Esto ha pasado a ser la marca registrada de la ciudad. Desde la forma de construcción de casas, la forma en que la ciudad crece, la manera en que se configuran sus barrios que crecen sin ninguna planificación urbana. A la chilena. Así se hace todo acá. Este tipo de ingeniería de la subsistencia va desde la decoración de las casas, los sistemas artesanales mecánicos y alcanza hasta la organización social.

Pero algo se ha aprendido de todo esto. No por improvisado ahora funciona mal. Al contrario, ahora funciona del todo bien. En el caso de la gestión social, ante el desdén del sistema, ha crecido y se ha hecho eficiente, tiene una forma y una orgánica nacida desde el caos. Ahora no quiere a la institucionalidad y la desaprueba. Aprendió a valerse por si solo.


Pero, porque en un caso como la solidaridad ante la tragedia ha funcionado tan bien gestionando y canalizando la ayuda???

Muy simple. Porque este tipo de organización es cercana a la población. No está sentada en un escritorio, lejana. No, por el contrario, está en el barrio, está en la calle y conoce de las reales necesidades de la gente, porque son las suyas propias. También sabe lo que es ser dejado al margen y ahora hasta le acomoda. Se mueve ágil y certera en la canalización de sus soluciones.

Muy contrario al aparato público, que se mueve como un pesado brontosauro del cual cuelgan compromisos pre adquiridos, políticos y económicos. Un saurio sordo, gordo y ciego que no se articula para dar un solo paso, que no cabe en un solo callejón porteño y que trae sus pobres soluciones que huelen a más desdén y que saben a migajas.

Lo interesante es que esta autogestión hoy se ve validada. La sensación de que las cosas mejor las hacemos de otra manera es transversal. Hoy, la constatación de que el aparato público no hará el trabajo y aun más, que es mejor dejarlo afuera, alcanza a toda la ciudadanía. Ya no es cosa marginal, ya no solo es relativa al arte, a la cultura, a jóvenes soñadores y comprometidos con su realidad. Hoy otros grupos anónimos han articulado el mismo tipo de gestión y lo hacen desde el silencio y de manera efectiva.

En este momento, hay muchas propuestas. La gran mayoría se hace cargo del típico discurso de la falta de recursos de la institucionalidad y recalca que pueden ser llevadas a cabo de manera económica. Propuestas de espacios públicos en las quebradas de los cerros que funcionarían como cortafuegos y que rescatan la flora endémica por su poco costo en regadío y su resistencia al fuego. Propuestas de bioconstrucción de casas de emergencia con rescate del mismo material de escombros, impermeables del todo, térmicamente aisladas, baratas.

Vea propuesta de Fundación Mi Parque para convertir quebradas de Valparaíso en espacios públicos...>>

Vea artículo sobre la Bio-Reconstrucción en Valparaíso...>>

Sumamente interesante es que este tipo de construcción guarda relación y coherencia con el mismo sistema en el cual la gente de Valparaíso ya es experta. Todo se puede utilizar, todo puede servir, todo se puede reciclar; palets de madera, paja, adobe, ropa vieja, es lo que queda, el desperdicio social, la materialidad habla de lo mismo, guarda coherencia de discurso. Bellas casas autoconstruidas. Jóvenes constructores y arquitectos dictan talleres al momento de construir la casa para que la idea sea replicada.


Tan diferente de las consabidas mediaguas frías y débiles que el aparato público corre a dar, posando para la fotografía del medio de turno.

La población de Valparaíso, de diferentes clases sociales, hoy día levanta este discurso silencioso y elocuente. Mira con desprecio a un sistema que intentó recurrir al consumo para dopar los ánimos. Una Gift card se leyó en este contexto, como una maniobra de comprar al descontento.

Ahora, el desdén se devuelve desde la autogestión al aparato público. Se lo mira mal, con desconfianza, no se lo quiere y se lo reprueba.

Hoy Valparaíso lo hace por sí mismo. Se prefiere a sí mismo. La autogestión está generando sentido de pertenencia, surge el orgullo de ser porteño, de formar parte de una organización en la cual son todos y al mismo tiempo no es nadie. Lejana a las portadas de la prensa establecida, reacia a la fotografía de primera plana, silenciosa pero efectiva, orgánica…

… Valparaíso – Hazlo tú mismo.

Leo Silva

martes, 29 de abril de 2014

ALIMAPU (TIERRA QUEMADA)



En Valparaíso, no se quemaron 5 o 7 cerros. En Valparaíso nos quemamos todos.

Al desnudo. Así ha quedado Valparaíso después del terrible incendio que ha ocurrido. No solo las laderas de los cerros siniestrados, peladas, calcinadas. En evidencia las terrazas tiznadas de lo que hoy parece un Machu Picchu porteño. No solo el desamparo de los habitantes de las alturas del anfiteatro. Cual águilas viviendo encumbrados y colgando de las laderas de los cerros. Por opción??? No, por necesidad. Porque hay que vivir dónde se pueda y cómo se pueda. Aun así a riesgo de que una flama lo queme todo. Todo tu esfuerzo, todo tu tesón, todo tu sudor reducido a cenizas en minutos.

No es solo eso, lo evidente lo que ha quedado al desnudo. No. Lo que ha quedado totalmente de manifiesto, expuesto dramáticamente, traído a colación urgentemente como una bofetada es…

…nuestra precariedad.

Pero no la obvia precariedad de quien vive colgando de los cerros o la supuesta precariedad de nuestros vecindarios, acrecentada por la complicada morfología geográfica porteña.

La precariedad que ha quedado completamente de manifiesto es aquella que tiene que ver con una organización mayor, aquella que le corresponde a las autoridades, la prevención ante futuras emergencias y los protocolos de reacción ante una de gran envergadura.

Falta de recursos es el común argumento que justifica este hecho. Sin embargo, es evidente que no ha habido un planteamiento serio de prioridades en materia de emergencias. Se han gastado grandes sumas en simulacros de terremotos y tsunamis, que han resultado especies de mega shows montados con actores y sirenas dignas de una mala película hollywoodense.

Qué posibilidad cierta existe de tener un tsunami destructor en Valparaíso???

Las estadísticas simples indican que de manera creciente, casi cada año tenemos un voraz incendio destructor. Tantos son que hemos perdido la capacidad de asombro ante nivel destructivo que estos tienen.

Enero 2008: Incendio en cerro La Cruz – 70 casas quemadas.

Febrero 2013: Incendio en Rodelillo - 200 casas quemadas.

Abril 2013: Incendio en El Vergel entre los cerros la Cruz y Mariposas – 35 casas quemadas.

Solo por citar algunos, y esto es sin contar que todas las temporadas estivales, el fuego amenaza los secos terrenos de la parte alta de los cerros de la ciudad. Nuestra población depende del solo azar de que los vientos mantengan el fuego arriba y no cambie para traerlo directo a nuestros vecindarios colgantes.

Por supuesto que una amenaza destructiva en Valparaíso no viene desde el mar. Viene desde los cerros y esta debería ser la primera prioridad al momento de promover planes de contingencia de emergencias en la ciudad. Sin embargo, los tan comentados recursos bailan al son de las necesidades políticas y se desvían de aquí para allá, sin ningún tipo de sensibilidad social.

Vea el artículo de Ciper Chile con respecto a la negligencia que terminó en nuestro infierno…>>

Vea el lúcido análisis de Luís Álvarez, Director de geografía de la Pontifica Universidad Católica y damnificado del incendio…>>

Por qué no se han creado brigadas bomberiles vecinales, entrenadas por los mismos bomberos de Valparaíso, para reaccionar en primera instancia antes de que bomberos llegue???

Por qué no se ha organizado un plan de limpieza de quebradas que involucre a los mismos vecinos, supervisadas y motivadas por estas mismas brigadas vecinales???

Es tan caro propiciar esto??? Se necesitan muchos recursos para organizar algo así???

La reacción de la institución ha sido penosa. Ante una ciudadanía que se ha lanzado desde el primer momento a la ayuda espontánea, no hubo una sola idea clara de cómo organizar y canalizar esta ayuda. La población de Valparaíso se ha ayudado sola, por sí misma. Las organizaciones sociales, al estar en contacto con la población, se han levantado de manera alternativa y en muchos casos con grandes resultados. Así también lo han hecho varios grupos anónimos que con creatividad y contactos han conseguido y canalizado ayuda de manera efectiva y certera.


Mención aparte para las desafortunadas intervenciones de Jorge Castro, alcalde de Valparaíso; su mal manejo comunicacional y de gestión, la impresentable represión de carabineros de Chile a los voluntarios que subían a ayudar reclamando su derecho a hacerlo, en lo que se conoció como “la Marcha de las Palas” Hoy existe está sensación creciente en Valparaíso: Solo los habitantes podrán ayudar a poner de pie los barrios siniestrados. Aunque los planes oficiales de ayuda llegan, se instaura esta lectura de manera efervescente.

Como un Ave Fénix, la ciudad comienza a hacer relecturas de sí misma. Todas aquellas discusiones relacionadas con nuestros problemas patrimoniales, todas aquellas referentes a un Mall, a la ampliación del puerto, al informe que la UNESCO emitió, todas ellas, hoy nos parecen vanas, primer mundistas en un puerto del tercer mundo donde la verdadera discusión es nuestra precariedad y la gran fractura social de la ciudad.

En Valparaíso hoy nos hemos vuelto a ver las caras y a darnos la mano. Hemos tenido que levantar la mirada para llegar hasta la punta del cerro, donde nadie quiere mirar, para reencontrar la fuente del carácter de este puerto: sus habitantes. Hemos tenido que pasar por una tragedia de magnitudes siniestras para empaparnos de nuestra identidad, aquella que nos habla de esfuerzo, de valentía, de solidaridad, de una fortaleza y moral a prueba de todo. Hemos visto levantarse del fuego al “choro del puerto” y todos hemos descubierto a nuestro particular choro dentro de nosotros. Al fin, levantando la mirada a las cenizas…

… hemos encontrado la humanidad del patrimonio y la gran deuda que todos tenemos con ella.

Leo Silva


sábado, 24 de agosto de 2013

VALPARAÍSO REACTIVO Y NO PROACTIVO



Y finalmente sucedió.

La gobernación provincial ha rechazado la autorización para la versión 2013 del Carnaval de los Mil Tambores.

Entre los motivos para no autorizar al carnaval a usar las calles de la ciudad están: Falta de guardias de seguridad, medidas de control y la nula existencia de servicios higiénicos, medidas necesarias para un evento que espera congregar a más de 40 mil personas.

Vea la noticia aquí ... >>

Muchas veces me he referido a estas festividades que se realizan en la ciudad. Estoy al tanto de que una de las mayores críticas que se le hacen, no solo a este carnaval en particular sino que a varias otras, tienen que ver con los ánimos encendidos y los desmanes que se la gente provoca al final de estas festividades.

Siempre pregunto lo siguiente: Son realmente las actividades las que provocan esto??? O es la gente y su poco ánimo civil las culpables de los desmanes???

Una de las mejores cosas que le puede pasar a una ciudad, en especial cuando es turística y patrimonial, es tener gestores culturales que hagan, que organicen, que creen movimiento, inventen fiestas, saquen actores a la calle. Lo peor que le puede suceder a un lugar es no tener ninguna participación creativa por parte de sus habitantes. Eso, mis amigos, es una ciudad muerta que no vale la pena visitar.

Valparaíso como ciudad turística necesita actividades y eventos. Estas festividades hacen que la ciudad se mueva, que los turistas deseen quedarse por más tiempo, que alarguen su estancia o que prefieran la ciudad justo en aquellos días de celebración.

Muchas de estas actividades son incipientes, pero han crecido durante el tiempo que se han desarrollado, algunas de ellas llevan más de 10 años celebrándose. MAS DE 10 AÑOS!!!!!!!


Me cuesta creer que la ciudad aun no aprenda a reaccionar ante estos eventos. Me cuesta creer que las autoridades no tengan ninguna visión y opten por cancelar estas fiestas en vez de apoyarlas.

Si las autoridades de la ciudad fuesen proactivas, deberían estar felices de tener gestores que les diseñen eventos. Con ellos hay que sentarse y hay que analizar las características de los mismos. Faltan baños públicos??? Es justamente la autoridad la que debe facilitarlos. Falta seguridad???, es justamente la autoridad la que debe brindarla. No pueden pasar 10 años sin haber aprendido nada.

La ciudad reactiva es la que inmediatamente niega con espanto y no ve la oportunidad que se está perdiendo. De manera presta no otorga los permisos. Bajo la excusa de los desórdenes quiere que todo el mundo se quede en la casa y no le mueva un pelo a la ciudad.

Ok. Sigamos la misma lógica????

Hagamos un ensayo y apliquemos esta regla a otras actividades para ver si califican.

Año nuevo en Valparaíso: Aunque la fiesta ocurre en el mar, el desbande es generalizado en esa noche. La plaza Sotomayor queda tapizada de botellas, papel picado y serpentinas. Orines en todos los lugares de la ciudad. Los miradores de los cerros quedan en un estado lamentable, las escalas de acceso se convierten en baños públicos, como también las puertas de las casas. Después de la fiesta son recurrentes los enfrentamientos en el sector de Plaza Aníbal Pinto. Eso sin considerar que la municipalidad de Valparaíso no se cansa de gritar a los cuatro vientos su mal estado financiero y sin embargo en 30 minutos de una noche se queman por lo bajo 250 millones de pesos.

En resumen esta fiesta tampoco califica. Destruye más que lo que hace un carnaval de mil tambores. Hay que prohibirla.

Fiestas patrias: Aunque la fiesta se celebra mayormente en Parque Alejo Barrios, nuevamente tenemos a la ciudad en estado de desbande. No solo el sector de Playa Ancha queda hecho un basural y convertido en un urinario. Toda la ciudad se ve afectada. Nuevamente tenemos desmanes, y Valparaíso queda convertido en tierra de desórdenes. Tampoco califica esta actividad. Hay que prohibirla.

No veo ningún ánimo de parte de las autoridades de mantener una proactividad, de generar las condiciones para que todas estas actividades se puedan realizar. No vender alcohol en locales no permitidos que no sean bares hasta altas horas de la noche por ejemplo. Generar campañas de educación y proyectarla a otros municipios invitando a la ciudad a visitarla y no a destruirla.

Este año ya no tendremos a la Invasión callejera que levantaba con gran esfuerzo el mimo TUGA, al no conseguir financiamiento, no recibió ni un apoyo por su gestión, una fiesta hermosa de Clowns de todas partes del mundo repartidos por la ciudad haciendo sus espectáculos y aportando al ambiente una exquisita atmósfera bohemia.

Tampoco tendremos el Carnaval de los Mil Tambores.

Esto me hace recordar una época en que en Valparaíso no había carnavales, no había Clowns en las calles, la ciudad se descascaraba y desmoronaba sola, nadie había para destruirla. Ni siquiera odiosos graffitis rayaban las paredes. Todo era perfecto y nada ocurría.

Esa época se llamaba dictadura y sé muy bien por qué…

…es un tiempo en el que no me gustaría volver a vivir.

Leo Silva

lunes, 12 de agosto de 2013

VALPARAÍSO YA NO ES PANCHO


Fotografía tomada desde el blog El espía Ignaciano

Fue el faro que anunciaba la llegada a Valparaíso. Una luminaria en su torre la cual los marinos del mundo reconocían inmediatamente.

Hemos llegado a Valparaíso!!!

Finalmente después de cruzar el Cabo de Hornos y navegar muchas millas hemos llegado a PANCHO. Podremos desembarcar y desatar nuestra alegría.

La Iglesia de San Francisco en Cerro Barón. La más antigua iglesia en pie en la ciudad. Terminada de construir en 1846, declarada monumento nacional en 1983, es por lo cual Valparaíso comenzó a ser conocido como Pancho. El apropiado apodo a los Franciscos en Latinoamérica. Un “mote” marinero. Símbolo de recalada segura y alegre. Una luz en el nublado puerto, siempre ahí.

El paso del tiempo la fue dejando atrás como una muestra patente de la desidia porteña. Vieja, sin mantención, destartalada. Su estructura de ladrillos solo habitada por palomas y centro cansino de los servicios religiosos del lugar. Un monasterio franciscano detenido en el tiempo.

Incendios, tres de ellos y terremotos. Casi no vale la pena hacer un recuento de sus tragedias. No es el punto. Sí lo es poner atención en lo que realmente nos está diciendo esta iglesia que todavía habla, que desde su agonía final por su último siniestro, destruida completamente, nos envía un mensaje.

A diez años del nombramiento de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fecha celebrada con eventos oficiales y fanfarria, aún no tenemos una política clara proactiva de protección patrimonial, tanto tangible como intangible. Nuestros referentes se destruyen y nuestros ritos se pierden.

Hemos levantado voces y escrito artículos de manera repetitiva – y que nos hacen correr el riesgo de convertirnos en monotemáticos– que anuncian y gritan sobre la necesidad de avanzar seriamente en la protección de nuestro patrimonio. No solo pintura de fachadas, no solo estudios de proyectos en los que se invierten y se pierden todos los recursos sino que un plan de verdad visionario, que nos proyecte y que nos proteja.

Cansados ya. Escribimos menos pues nuestros artículos y publicaciones no tienen eco, vamos dejando paulatinamente nuestros ánimos ciudadanos de compromiso y nos sumamos fatigados a la desidia.

Hartos de ver autoridades llorosas cuando un siniestro nos destruye un ascensor (recuerden Lecheros), edificios patrimoniales o quebradas enteras. Agotados de anunciar futuras catástrofes y de proponer planes o de denunciar planes propuestos y no escuchados por las autoridades.

Lea artículo Patrimonio Incinerado...>>

Lea Comentario de Edgard Guíñez M, en el periódico ciudadano Mi Valparaíso...>>

Lea carta al director de El Mercurio Blogs de Cristián Warnkern...>>

Tras dos intentos de restauración, la catástrofe de verdad era cuestión de tiempo. Mientras no existan planes ciertos de protección patrimonial, esto seguirá ocurriendo.

La fatalidad cae como una sombra sobre Valparaíso. Ya no nos quedan comentarios al respecto cuando una desgracia de esta naturaleza ocurre.

Sin embargo, el templo de San Francisco nos sigue hablando y llamando la atención. Esta vez ya no nos indica que se ha llegado a buen puerto como a los viejos marinos. Ahora nos manda otro mensaje. La iglesia porfiada no ha querido que se la toque y se la mejore.

En una ciudad donde los ojos están puestos en otros negocios; donde se promueve el cambio de fisonomía de los cerros que se comienzan a llenar de torres y edificios que ya habían tapado casi por completo a la torre de la Iglesia, donde ya nadie puede verla; en un lugar donde las autoridades están empecinadas en la construcción de un Mall y de estacionamientos subterráneos bajo las plazas emblemáticas de la ciudad, definitivamente las voluntades no están para el lado de la protección de nuestro patrimonio.

Un faro es una guía, un punto de orientación en la navegación. La Iglesia de San Francisco lo fue y hoy nos dice que definitivamente aquí, en Valparaíso, se ha perdido todo rumbo.

La Iglesia de San Francisco dice: Ya Valparaíso ha dejado de ser Pancho.

Leo Silva

domingo, 5 de mayo de 2013

Aldo Bravo. Maestro de lo sutil



Vengo recién llegando de la Exposición de Grabados de Aldo Bravo. Un hermoso acontecimiento. No mucha gente por la lluvia de mayo, pero el clima preciso para la muestra.

No me gustan mucho las inauguraciones. Por lo general no asisto a ninguna, solo en contadas ocasiones. Me cuestan, no tengo claro por qué.

Aquel movimiento social, tan necesario para el artista, me aleja de su obra. Tanta gente de pronto que no se puede apreciar la muestra. Subí rápido al sector de exposiciones para disfrutar de lo simple, observar y contemplar la obra del maestro. Al poco tiempo llegó todo el mundo y cuando estaba por la tercera obra, apareció el conocido de siempre. Interesante persona por cierto, había que sumergirse en la charla de los proyectos.

Al fin queda poca gente y puedo repasar la obra de grabados expuesta.

No hay caso. Aldo Bravo tiene una composición y un manejo del contraste notables. Su técnica es preciosa. Tiene croquis y ahí radica el inmenso detalle. Pocos segundos antes crucé unas palabras con el maestro. Me comentaba que veía una escena emergente muy potente en el grabado de Valparaíso. Veía mucha técnica pero falta de contenido. Mucho meterle mano a la matriz, experimentar, pero poco ojo al dibujo.

Cuando el maestro habla de contenido, justamente se está refiriendo al croquis previo. Dibuja, sí. Pero solamente dibuja???

Sin duda que no se trata del dibujo solo como técnica, sino como la contemplación de un momento, la detención de un lapso de tiempo ante el objeto. Su estudio, el goce en descubrir su belleza y finalmente la poesía de la composición. Objeto, trazo, línea, construcción, juego de formas, referentes, textura al fin, todo un proceso.

Sus grabados están llenos de sutilezas y se me ocurre que Aldo es un maestro de lo sutil. Si reviso mentalmente lo que conozco de su obra pictórica, encuentro esa unión de concepto en la sutileza que lo acerca a la poesía.


Sus referentes aparecen inmediatamente. Es obvio que la obra de Picasso siempre influyó en su sentido estético. Es hijo de esa época y no lo niega. Pero le da “una vuelta a la tuerca” porque la obra del monstruo Picasso lo es todo menos sutil. Curiosamente, otro Pablo se me viene a la mente cuando veo la obra de Aldo. Existe algo indescifrable en la observación del objeto que me recuerda al telúrico Neruda. Por eso la poesía, hay un ritmo y métrica en la obra gráfica de Aldo Bravo.

Camino observando sus cuadros. De lejos primero. De cerca después.

Lejos para observar el conjunto, la armonía en la composición y el juego de contrastes. Su blanco y negro y semitono en color no es duro.

Cerca para disfrutar del trazo. Del corte en la madera o del ácido en la plancha. La técnica es deliciosa.

Me sorprendo. Veo los tirajes de los grabados. Hay un “Hombre con Chal” de corbata humita roja. Dice 1/10.

1/10????

Eso quiere decir que es el primer original de 10 y está notable. 

No es fácil exhibir un “primer original”. Por lo general el resultado va tomando valor en la medida que va pasando por prensa. La tinta y la matriz, por decirlo así, se estabilizan, pero este 1 de 10 es genial. El color luce lleno, el contraste se favorece, denota el conocimiento profundo de la técnica que al final se traduce en un primer original bellísimo. Casi me gustaría ver los otros 9 para disfrutar del resultado total del tiraje.

Los recuerdos me embargan. Una vez comenté que mi primer acercamiento al arte había sido en las visitas familiares a la casa de los Bravo. Yo era un niño muy pequeño, tan pequeño que no alcanzaba ni para los juegos de los otros más grandes. Sin embargo, eso me daba la posibilidad de observar. Todo para mí era arte en esa casa. La sola arquitectura, la composición de los objetos, hasta un pez naranja en una pecera redonda con piedras blancas al fondo. Tan limpio, tan preciso. Incluso las formas lentas y submarinas de aquel pez parecían estar dentro de concepto.

Para mí, ellos, la familia, no eran personas. Eran ángeles. Laaaaarrrgoos y delgados, casi transparentes y vaporosos. Y esos cuadros de figuras delgadas y largas. Manteles impresos en serigrafía, imágenes de danzarinas, un piano que alguien tocaba.

Me preguntaba. Cómo puede él capturar lo inasible??? Cómo logra retratarlo proyectando esa poesía???

El maestro lo dice; “Hay que dibujar mucho, hay que hacer el croquis, hay que detenerse para retratar ese lapsus de tiempo, para componer la belleza de ese minuto, traducirla…”

Salgo de la sala en calle Esmeralda y camino por un Valparaíso lluvioso. Un sentimiento de belleza invade mi alma, el mismo sentimiento de cuando era niño.

El maestro Aldo Bravo de nuevo exponiendo en Valparaíso y yo…

… reencontrándome con mi blog con este texto íntimo.

Exposición, grabados de Aldo Bravo – 09 al 31 de mayo. Instituto Norteamericano de Cultura - Valparaíso

Leo Silva