martes, 9 de junio de 2009

La Estética De La Ruina


¿Cuantos de nosotros vivimos en los tiempos de gloria de Valparaíso?

Me refiero a comienzos de siglo XX

Imposible la respuesta a la pregunta. Entonces mejorémosla.

¿Cuantos parientes muy viejos tenemos que vivieron en esa época???

Si alguien tiene a uno todavía consigo, de seguro que debería sentirse tremendamente orgulloso de tal longevidad.

¿Cual es el punto?

Que ninguno de nosotros vivió o vio ese Valparaíso opulento, hermoso de hierro forjado, del barrio del Almendral como el barrio más hermoso y caro de Valparaíso; de ingleses, alemanes, italianos, franceses, entre otros, caminando y forjando el comienzo del comercio, los cuerpos de bomberos y todo aquello que distingue al Viejo Valparaíso y su época clásica de oro o la que estamos acostumbrados a citar, o la que hemos aprendido o recogido de las fotos antiguas o de las crónicas pasadas.

Nosotros, todos nosotros crecimos y nos familiarizamos con un Valparaíso derruido, destruido, cayéndose a pedazos, oxidado, dejado de lado. La larga época en que Valparaíso durmió el letargo de ser un puerto olvidado del pacifico sur.

Recuerdo la década del 70 y la Av. Argentina con un hospital Enrique Deformes (donde hoy está el edificio del Congreso Nacional) terriblemente ruinoso, cayéndose a pedazos, con mendigos durmiendo en su entrada principal. Toda la zona era un antro de vagabundos y borrachos entre medio de viejos edificios, viejos galpones, viejos cites, etc. Al otro lado de la ciudad lo mismo, con un barrio puerto en la decadencia plena. El sector de Av. España con todo el área de la Casa de Máquinas de Ferrocarriles del Estado que quedó abandonada con trenes, vagones, máquinas de todo tipo, todo detenido, todo suspendido, todo muriéndose, todo descascarándose. El sector de Caleta Portales y un viejo proyecto de “vía elevada” que quedó olvidado y que hoy es el paseo Wheelwright.

Decadencia y sordidez. No se me olvida que crecí en ese Valparaíso que así y todo era terriblemente atractivo. No es el mismo Valparaíso de hoy que ya luce bastante más alegre, más vivo, pintado, los colores volvieron, la ciudad de una u otra forma vive de nuevo.

Valparaíso siempre fue de la misma manera. Ya los cronistas antiguos comentaban sobre la precariedad de la vida en los cerros y algunos decían que no entendían cómo se podía llamar a esto el “Valle del Paraíso”. El último momento definitivo, el último golpe de gracia fue sin duda alguna la apertura del Canal de Panamá. Ahí fue cuando Valparaíso sencillamente pasó a ser olvidado y nos detuvimos en el tiempo y la ruina se instaló de ciudadana de la ciudad.

Mucho de esa sordidez, de esa ruina se quedó para siempre en el sentido estético del habitante de la ciudad, algo de ese desgano, de ese reciclaje, solo utilizar un viejo tarro y ponerle unas plantas adentro, cortar unas botellas y ponerle unos pescaditos, recuperar unas cajas y unas cabezas de muñeca y el armatoste o encatrado ya está listo.

En gran parte, mucha de la esencia visual de Valparaíso se encuentra justamente en esta Estética de la Ruina. Es muy difícil decirle a alguien aquí, qué es bonito o hermoso y qué no. De todas maneras, el concepto de belleza es muy difícil de definir. Sin embargo, si la belleza es tan particular, mientras se encuentre dentro de un todo y sea parte de ese todo, se encuentre integrada y traduzca además el concepto total, podríamos decir que estamos dentro de un sentido estético o de una percepción estética. Eso, Valparaíso lo cumple a cabalidad.

En este todo amontonado se pueden ver cosas como: casas decoradas con cajas y basura, letreros hechos de fragmentos de catre con cosas colgando, balcones imposibles y decorados alegremente con plantas dentro de pedazos de tambores cortados, trozos de calefonts que sirven de maceteros, juguetes viejos dispuestos alegres y divertidos, paredes surrealistas que desafían el ojo pues se van inclinando, calaminas que continúan viejas arquitecturas, etc.

El sentido de solución de problemas típicamente chileno, llamado “A la Chilena” es un complemento directo de este sentido de la Estética de la Ruina. Se puede apreciar muy bien en los mecanismos de las puertas de los ascensores de Valparaíso. Puertas automáticas hechas con fierros que mueven palancas que activan la puerta. Todo controlado desde la cabina del operador. No importa si se ve mal, si luce imperfecto, si no es del todo bello. Sin embargo funciona a la perfección por años y años.

Quizás por este motivo es que los habitantes de la ciudad somos tan apasionados por las ferias de las pulgas y tiendas o feria de antigüedades. Tenemos una cierta fascinación por lo viejo, por conservar, por amarrar el tiempo y no querer que se escape, por reciclar, por buscar una utilidad extra, una nueva función, revitalizar o simplemente adornar. Viejas patentes de seguros se convierten en unos cuadros preciosos, mapas viejos (se agotan rápidamente) decoran paredes. Las personas y uno mismo buscando con ojo curioso y experto, olfateando el lugar hasta encontrar ese tesorito, ese detallito que se sumará a nuestro propio montón, hermoso o no, de estética ruinosa.

La precariedad y fragilidad de todo va construyendo este andamiaje endeble que es Valparaíso, da la sensación que sacarás un palito y todo se vendrá abajo irremediablemente. Por suerte, la ciudad no tiene su talón de Aquiles. Varios terremotos en su piel y ahí está, nuevamente construida, nuevamente parchada, otra vez apuntalada, ruina sobre ruina…

…su estética y su esencia.

Leo Silva.

6 comentarios:

  1. Distinguido Colega
    Excelente. es muy bueno que nos habra los ojos a todos nosotros de la tremenda joya en que vivimos.

    Atte.,

    Hector Medina
    hectortourservice@gmail.com
    http://sites.google.com/site/privatetourguidechile/

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  2. Como un cuerno de abundancia, las razones de amar Valparaiso y dejarce seducir por el son inagotables. Las vivi y hoy en la distancia aquellos recuerdos me torturan aun.

    "Hoy lejos del ayer sigo recordando tu calor"
    La Ley!

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  3. Este Valle del Paraiso es totalmente distinto de lo que es la Comarca Villarricense
    Una de las primeras cosas que note la primera vez que fui [cuando nos conocimos] fue que tenia que mirarlo TODO para arriba.. luego me di cuenta de sus calles lunaticas que ibas de aqui para alla, que crecian y se rompian y se movian y cambiaban, etc..
    luego, con tu paseo comence a notar esto de la estetica de la ruina.. como si uno fuera a mover un palito y todo se derrumbara en mil pedazos, dejando nada mas que polvo y destruccion
    pero con el tiempo aprendi que no era asi, y que ese es el verdadero encanto de Valparaiso, cosa que cada vez me gusta mas, me encanto de ver la ruina de la ciudad hecha una obra maestra
    Me encanta pasearme con la Fran por esas calles y ver y conocer y sorprenderme cada vez mas
    y es que es lo unico que no debemos perder.. el instinto de asombrarnos por lo desconocido y lo maravilloso, a pesar de que sea un pedazo de papel roto.

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  4. Mis adorados maceteros en botellas de plástico están allí, rescatados para la eternidad. Gracias por ello!

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  5. Aldo Bravo. Estética de la Ruina. Tienes razón, siempre hay una estética hasta de los más ínfimos desechos. Pobre Valparaíso iba a decir pero nó, no lo es, el pobre es el que lo vé así. Está de cambio a pesar de haber tenido ciertas autoridades miopes. La belleza en el sentido artístico dejó de ser lo bonito, una expresividad bien desarrollada es Arte (con mayúscula) El Expresionismo es Arte y hecho con el corazón.Ahora me gusta el Valparaíso como Puerto de Nostalgia. Y tengo que volver a mi infancia y rememorarlo con esa nostalgia que no se olvida como saborear un chupete Helado y comer Motemei y se me agolpan las imágenes. Y volviendo al presente sigue el habitat del porteño, mejores palafitosy llenos de colores. La pobreza se disimula con el color y si le dá el sol de lleno, mucho mejor. Y así sigue pintoresco, atractivo, para el turista una belleza. Y podría seguir pero hay toda una literatura sobre este aporreado Valparaíso. Al escribir esta breve reflexión me hace sentir bien. Nostálgico como soy. Buen provecho.

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  6. leo...que bonito...no habia leido este escrito tuyo ....realmente que coincidimos...esa estetica de lo ruinoso es lo que destaca a valpo.....esa irresistible y dulce decadencia que lo hace atractivo a los que a traves de sucesivos viajes aprendimos a conocerlo...a recorrerlo...a sentirlo.....como siempre leerte es y sera un placer.....abrazo grande...Edu

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