domingo, 6 de marzo de 2011

Héroes de Guitarra de Palo. (Valparaíso’s new soundtrack)

De pronto en Valparaíso se comenzó a escuchar por las esquinas de la ciudad un sonido, un algo de trovadores y guitarras acústicas con líricas de profunda poesía. Un algo que en un comienzo pasó inadvertido para muchos porque el sonido no es para nada nuevo, recuerda en mucho a otros estilos similares ya escuchados: La nueva trova cubana, El canto nuevo de los 80’s, La nueva canción Chilena de los 70’s. Aunque los referentes son inevitables, algo sonaba absolutamente fresco.



Así, una nueva generación de trovadores y músicos muy jóvenes están creando la banda de sonido de este Valparaíso que despierta de su letargo y este sound track le viene muy bien al puerto, absolutamente dentro del concepto bohemio de la ciudad, completamente arraigado a la cultura de bares, a los vasos medios llenos y a los ambientes saturados de humo de cigarrillo, conversación, guitarreo y poesía.

Trova, rock, sonidos latinoamericanos, una interesante fusión urbana que rescata el legado de otros músicos anteriores que se encaminaron por la misma senda. Aunque se tiende a definirlos como rock yo los encuentro más cercanos a la cultura de los cantores y a una fusión pop folk, de todas maneras poco importan las etiquetas para un grupo de músicos que crece y progresa.

No todos ellos son de Valparaíso. Algunos son de otras ciudades como San Antonio y Santiago, sin embargo el puerto les ha dado un hábitat que los retroalimenta de poesía y bohemia y ellos crean sus obras honestas y hermosas plagadas de sueños, amor y conciencia social.



Así, esta nueva generación de músicos se ha tomado literalmente los escenarios de los eventos de la ciudad, cautivando a un público que ya los sigue fielmente, conoce los efectos de sus actuaciones, canta sus canciones populares y espera las nuevas. También se establece una relación de cercanía con estos artistas tan alejados de la cultura farandulera chilena. Los puedes ver caminando por la ciudad, sencillos, afables, tomándose un cafecito en Plaza Aníbal Pinto, sin poses de divos, o reunidos rumbo a sus presentaciones, se percibe gran camaradería entre ellos.

Pascuala Ilabaca (gran compositora, músico y cantante), Nano Stern (hermosas líricas, gran guitarrista y violinista), Chinoy (un poeta urbano, mezcla de Bob Dylan y Silvio Rodríguez), Kaskivano (pura pasión, rebeldía, fuerza), Camila Moreno (el poder telúrico de la mujer chilena. Ella sola tiene el peso de Led Zeppelin. Es como si Björk se hubiese puesto a hacer canciones con tempo mapuche), Gepe (la melancolía urbana de Morrissey a lo Víctor Jara) y otros más que siguen aumentando esta movida porteña cantando como solistas o en bandas le están renovando a Valparaíso ese carácter bohemio, poético y rebelde.

Es un movimiento creciente que fluye hacia una búsqueda identitaria, que se revela y se rebela, que levanta la voz y seduce con hermosa lírica, con propuesta y búsqueda musical y le reclama consecuencia a las generaciones anteriores.



Es de verdad un placer disfrutar de esta generación de artistas apasionados que no temen transgredir el discurso televisivo que aturde el sentido estético de la ciudadanía, que levantan su voz, que rompen el molde y se salen valientemente del libreto.

Ahí van estos músicos que desde Valparaíso comienzan a sumar nuevos temas a nuestro cancionero guitarrero.

Ahí van estos héroes armados de guitarras de palo.







Leo Silva