Ya saben que me gusta provocar el cruce de culturas. Me encanta cuando pones a dos culturas en una situación cotidiana y puedes presenciar los resultados de la experiencia.
Este contacto en un circuito turístico provoca las primeras sorpresas y en algunos casos los primeros pequeños choques culturales que no llegan a ser traumáticos para el que los sufre, porque se encuentra en un estado positivo, completamente permeable y abierto a lo inesperado. El humor se transforma en el mediador que negocia en buena forma este cruce, traduciendo todo a una gran experiencia multicultural.
En mi caso, mis pasajeros deben adecuarse a nuestras “muy particulares” formas y modos en que hacemos las cosas y enfrentamos nuestro cotidiano. Gran parte de mis recorridos por Valparaíso los hacemos caminando y vivenciando la ciudad y ello te somete a no ser un simple observador, sino que, a participar y a mezclarte y, más temprano que tarde, algo sin duda alguna sorprenderá tanto a unos como a otros. El choque cultural es una constante de los circuitos “in side” y es el momento en que puedes detectar que pequeñas cosas se pueden transformar en un gran evento o en algún efecto vertiginoso.
Todo puede volverse una atracción turística o un cruce cultural y esa es la parte más interesante. Para nosotros, por ejemplo, es normal, y no nos cuestionamos la velocidad en que se suele conducir en el transporte público. Es más, mientras más rápido mejor y todos andamos en una vorágine de velocidad, de frenadas, de esquive, etc. Por suerte aún respetamos los pasos de peatones. Cómo sea, esa es nuestra forma, así lo hacemos, bien o mal es como somos.
La Avenida España es pista de carreras para nuestros chóferes de micros. No me había dado nunca cuenta de lo que podría suceder si subía a un grupo de más de 15 pasajeros extranjeros a un bus de la ciudad, considerando que en sus ciudades la velocidad máxima dentro de los cascos urbanos es de 50 km. por hora. En Chile también lo es, solo que nadie toma cuenta de este detalle. Cuando el bus parte, inmediatamente se agarran de los pasamanos y comienzan las risas nerviosas y las miradas entre ellos. Una vez un alemán me dijo al bajarse del bus. Este quién es??? (por el chofer) Schummacher???
Justamente una de mis mejores experiencias en un bus público sucedió en el famoso bus “O”, ahora bus 612. Una situación en que el humor apareció suavizando un momento, sino del todo incomodo, digamos que un poco inusual para todos los que la vivieron.
Este contacto en un circuito turístico provoca las primeras sorpresas y en algunos casos los primeros pequeños choques culturales que no llegan a ser traumáticos para el que los sufre, porque se encuentra en un estado positivo, completamente permeable y abierto a lo inesperado. El humor se transforma en el mediador que negocia en buena forma este cruce, traduciendo todo a una gran experiencia multicultural.
En mi caso, mis pasajeros deben adecuarse a nuestras “muy particulares” formas y modos en que hacemos las cosas y enfrentamos nuestro cotidiano. Gran parte de mis recorridos por Valparaíso los hacemos caminando y vivenciando la ciudad y ello te somete a no ser un simple observador, sino que, a participar y a mezclarte y, más temprano que tarde, algo sin duda alguna sorprenderá tanto a unos como a otros. El choque cultural es una constante de los circuitos “in side” y es el momento en que puedes detectar que pequeñas cosas se pueden transformar en un gran evento o en algún efecto vertiginoso.
Todo puede volverse una atracción turística o un cruce cultural y esa es la parte más interesante. Para nosotros, por ejemplo, es normal, y no nos cuestionamos la velocidad en que se suele conducir en el transporte público. Es más, mientras más rápido mejor y todos andamos en una vorágine de velocidad, de frenadas, de esquive, etc. Por suerte aún respetamos los pasos de peatones. Cómo sea, esa es nuestra forma, así lo hacemos, bien o mal es como somos.
La Avenida España es pista de carreras para nuestros chóferes de micros. No me había dado nunca cuenta de lo que podría suceder si subía a un grupo de más de 15 pasajeros extranjeros a un bus de la ciudad, considerando que en sus ciudades la velocidad máxima dentro de los cascos urbanos es de 50 km. por hora. En Chile también lo es, solo que nadie toma cuenta de este detalle. Cuando el bus parte, inmediatamente se agarran de los pasamanos y comienzan las risas nerviosas y las miradas entre ellos. Una vez un alemán me dijo al bajarse del bus. Este quién es??? (por el chofer) Schummacher???
Justamente una de mis mejores experiencias en un bus público sucedió en el famoso bus “O”, ahora bus 612. Una situación en que el humor apareció suavizando un momento, sino del todo incomodo, digamos que un poco inusual para todos los que la vivieron.
Venía con un grupo de holandeses desde ascensor Polanco. Ya era pasada la hora de salida de los escolares en días de septiembre. Atravesamos a la Av. Argentina para esperar el transporte que se demoró en llegar y ya había bastantes estudiantes en la parada. Nos subimos todos. Los míos eran más de 15 pasajeros subiéndose a un micro bus (se llaman micros porque son pequeños) que ya estaba bastante lleno. Todos apretujados adentro, acomodados lo mejor que podíamos, repartidos, apretados y encogidos.
Los buses que circulan en Valparaíso están diseñados para un promedio de altura que corresponde al chileno, es decir, un metro y setenta de altura. Los holandeses tienen un promedio de un metro y noventa centímetros de altura. Viajan literalmente agachados. Todo esto para ellos no es gran problema, ni el bus repleto, ni su altura, ni que deben moverse constantemente para atrás, estar piel con piel entre ellos y los locales y para dar más posibilidad a que el bus tenga aún más pasajeros. Para los extranjeros todo esto conforma una gran aventura. Es América del Sur y ellos están en medio de este continente y su cultura mágica.
Estábamos en medio de todo este apretuje y los locales, que aún no se acostumbran a tanto gringo junto, estaban pendientes de las reacciones. El conductor lucía como el típico chofer de buses de Valparaíso; en manga de camisas, sudoroso por el calor, moreno, un hombre rudo. De pronto y al percatarse que tenía una hermosa holandesa tan cerca, muy seguro de sí mismo y con una soltura impresionante, mientras conducía le dijo:
.- Where are you from??
Ella, medio sorprendida, respondió
.- I’m from Amsterdam
Chofer: Really??? I know Amsterdam and also Rotterdam. I’ve been there many times....
Todo el mundo en el bus se sorprendió. Holandeses y en especial los chilenos: Un Chofer de micro que habla inglés???
Aunque el impacto fue total, no es nada de extraño en Valparaíso, que es un puerto y en donde muchos han sido marinos mercantes que han recorrido varios países y puertos en el mundo. Suelen hablar Inglés, italiano, griego y hasta un poco de ruso.
Inmediatamente los chilenos comenzaron las tallas y bromas al respecto; “Cacha loco, el chofer pah pulento, habla inglés”. Quién quiere practicar “lenguas” conmigo???...
Los holandeses también comenzaron a hacer sus bromas entre ellos. Todo el recorrido transcurrió entre chistes en distintos idiomas, todos se reían, Unos se daban cuenta que los otros hacían bromas y eso los alentaba a seguir y el efecto pasaba a también a la inversa.
Cuando nos bajamos en el paradero de Av. Alemania más próximo a La Sebastiana, todo el bus se comenzó a despedir de mis pasajeros; Bye, bye. Señas de adiós y buena suerte tras las ventanas del bus. Mientras que los holandeses replicaban desde abajo haciendo señas, despidiéndose de sus amigos chilenos; Chao, chao.
Fue una tremenda experiencia para ellos, lo comentaron a lo largo del día. Tuvieron un feed back, una retroalimentación, una respuesta amigable, se sintieron parte, no solo visitantes, no turistas, sino que habitantes, distintos y al final similares.
Para mí, fue una experiencia surrealista. Todos se rieron y lo pasaron muy bien, todos hicieron bromas y chistes y, en realidad nadie entendió nada de lo que se dijeron…
…o entendieron???
Leo Silva
Los buses que circulan en Valparaíso están diseñados para un promedio de altura que corresponde al chileno, es decir, un metro y setenta de altura. Los holandeses tienen un promedio de un metro y noventa centímetros de altura. Viajan literalmente agachados. Todo esto para ellos no es gran problema, ni el bus repleto, ni su altura, ni que deben moverse constantemente para atrás, estar piel con piel entre ellos y los locales y para dar más posibilidad a que el bus tenga aún más pasajeros. Para los extranjeros todo esto conforma una gran aventura. Es América del Sur y ellos están en medio de este continente y su cultura mágica.
Estábamos en medio de todo este apretuje y los locales, que aún no se acostumbran a tanto gringo junto, estaban pendientes de las reacciones. El conductor lucía como el típico chofer de buses de Valparaíso; en manga de camisas, sudoroso por el calor, moreno, un hombre rudo. De pronto y al percatarse que tenía una hermosa holandesa tan cerca, muy seguro de sí mismo y con una soltura impresionante, mientras conducía le dijo:
.- Where are you from??
Ella, medio sorprendida, respondió
.- I’m from Amsterdam
Chofer: Really??? I know Amsterdam and also Rotterdam. I’ve been there many times....
Todo el mundo en el bus se sorprendió. Holandeses y en especial los chilenos: Un Chofer de micro que habla inglés???
Aunque el impacto fue total, no es nada de extraño en Valparaíso, que es un puerto y en donde muchos han sido marinos mercantes que han recorrido varios países y puertos en el mundo. Suelen hablar Inglés, italiano, griego y hasta un poco de ruso.
Inmediatamente los chilenos comenzaron las tallas y bromas al respecto; “Cacha loco, el chofer pah pulento, habla inglés”. Quién quiere practicar “lenguas” conmigo???...
Los holandeses también comenzaron a hacer sus bromas entre ellos. Todo el recorrido transcurrió entre chistes en distintos idiomas, todos se reían, Unos se daban cuenta que los otros hacían bromas y eso los alentaba a seguir y el efecto pasaba a también a la inversa.
Cuando nos bajamos en el paradero de Av. Alemania más próximo a La Sebastiana, todo el bus se comenzó a despedir de mis pasajeros; Bye, bye. Señas de adiós y buena suerte tras las ventanas del bus. Mientras que los holandeses replicaban desde abajo haciendo señas, despidiéndose de sus amigos chilenos; Chao, chao.
Fue una tremenda experiencia para ellos, lo comentaron a lo largo del día. Tuvieron un feed back, una retroalimentación, una respuesta amigable, se sintieron parte, no solo visitantes, no turistas, sino que habitantes, distintos y al final similares.
Para mí, fue una experiencia surrealista. Todos se rieron y lo pasaron muy bien, todos hicieron bromas y chistes y, en realidad nadie entendió nada de lo que se dijeron…
…o entendieron???
Leo Silva
I am the sun
ResponderEliminarI am the Earth
All the shyness that is criminarly bulgar
And some of them
Are nothing in particular
You shut your mouth
How can you say
I go about things the wrong way?
I am human and I need to be loved
Just like everybody else does
It's just sad that you have to go
You could be somebody
That really loves you
So you go and you stand on your own
And you go home
And you cry and you want to die
And you say it's gonna happen now
But when exactly do you leave?
See, I've already waited too long
And all my hope is gone
You shut your mouth
How can you say
I go about things the wrong way?
I am human and I need to be loved
Just like everybody else does
jajajajaja
ResponderEliminarrealmente puedo ver la cara de la holandesa pensando "What the Fuck?!" en cuanto el "chilenito", aun mas, el conductor de micro, le hablo en ingles, tambien la idea de que todos se fueran riendo en la micro y las despedidas, tiene que haber sido algo TAN bizarro y a la vez agradable
una vez mas me encantaste con una de tus anecdotas
asi es siempre y me gusta que siga asi
la letra de la cancion que me pediste esta arriba, espero que funcione como yo creo que deberia.. no deberia tener fallas, pero ahi tienes que ver. Es un regalo de mi parte =)
cuidate mucho
un abrazo grande
Hobbït
Gracias Hobbit por la letra de la canción y el hermoso comentario. Algo de la letra, aunque trata de otra cosa, tiene que ver con el texto. Algo misterioso e insondable.
ResponderEliminarSaludos a la "Comarca" de Villa Rica.
Gandalf El Negro.